Por el bloqueo, Cuba no puede producir el medicamento para mi papa.

Mi nombre es Liz Maray Hernando Rodríguez. Yo vengo de una familia artesana, a pesar que todos tenemos un alto nivel cultural. Eso es bastante común en mi país. Mi mama fue maestra siempre. Y yo soy ingeniera. Sin embargo, producto del mismo bloqueo, nosotros hemos tenido que superarnos, buscar opciones en la economía familiar. 
En mi caso, estudié en la Unión Soviética. Terminé siendo artesana con curso de diseño. En el caso nuestro, el mercado que fue un potencial nuestro es la Feria de Paris. Del 2002 hasta el 2016 participamos consecutivamente trabajando en la Fête de l’ Humanité. Sin embargo tuvimos que interrumpirla por lo que han argumentado. A un banco francés le impusieron una multa bastante alta. Y afectó nuestra participación en la feria porque en esta feria y en todo el primer mundo cuidándose de todo el lavado de dinero te aceptan hasta un punto de efectivo. Se nos ha limitado porque a la hora de participar el bloqueo nos interrumpe la parte financiera,  pagar.

En el ámbito familiar les puedo decir una experiencia muy cercana. Es mi papa. Mi papa tiene párkinson, y es increíble, cada vez que va a la consulta y nos dicen ‘pero es increíble que tu tengas más de 12 años el párkinson. ¿Cómo que tú has logrado no pasar a la otra etapa, la parte de los temblores y la parte de la rigidez’? Y nosotros siempre le decimos ‘Es que vamos  todos los años a Francia y en Francia conseguimos el Ropinirol’ que es un medicamente que ayuda a otros medicamentes que normalmente en Cuba se logra administrar a los compañeros que tienen párkinson. Siempre encontramos amigos en Francia que nos ayudan mucho más en donaciones y lo hemos logrado. Porque en Cuba no pueden fabricar muchos de los productos por la falta de materia prima e ingredientes. Yo lo he podido hacer porque he tenido esta posibilidad, pero ¡cuántos hay en Cuba! que no han podido tener el acceso al  Ropinirol porque en Cuba no han podido hacer esas producciones por el bloqueo.