Soy Carlos de Dios Oquendo, soy secretario general del Sindicato de los Trabajadores de la Construcción. Tengo 56 años de edad, me gradué como Licenciado de Economía en mi natal Santiago de Cuba. Después fui a trabajar en Cienfuegos, para finalmente radicarme en la Habana con 2 de mis 5 hijos, con mi yerno y mi suegra.
El mayor impacto en mi vida personal es indudablemente en el ámbito de la salud. Me explico, mi suegra, que vive en mi casa, tiene 85 años y sufre de demencia senil. Por supuesto ella necesita de medicamentos para poder controlar su deterioro mental y para que tenga una mejor calidad de vida en el seno de mi familia.
Desde hace un par de meses estos medicamentos ya no se encuentran en las farmacias. Los medicamentos de mayor eficacia se producen en los Estados Unidos y no se pueden importar debido al bloqueo. Otros medicamentos, aunque de menor eficiencia, podemos producir aquí en Cuba pero lastimosamente esto no es posible en estos momentos por falta de materias primas que tenemos que importar a altos precios.
Mi esposa se encuentra en una situación similar. Ella padece de una enfermedad de deterioro del sistema nervioso central. Se presentan los mismos problemas de difícil acceso a sus medicamentos. Además, se le dificultó el diagnóstico oportuno de un tumor debido a la escasez de material de diagnóstico.
Y finalmente, mi hija que necesita espejuelos para poder estudiar en la universidad, no los encuentra desde el mes de agosto del año pasado.
En cuanto a otras áreas de la vida, primeramente son evidentes las dificultades existentes en lo que es el transporte público para ir al trabajo, a hacerse atender a un centro de salud y para ir a la universidad. Desde el inicio del año se presentó también un serio problema de escasez de gas licuado para cocción de los alimentos. Esto nos obliga a cambiar de método de cocción y adquirir una cocina eléctrica. Igualmente en estos primeros meses del año habrá una falta de materias primas para la elaboración de los productos de aseo, entonces se dificulta su adquisición en moneda nacional o hay que comprar en divisa. Pero esta a su vez implica un reordenamiento de la economía familiar que se torna en una economía de subsistencia.
Mis hijos en sus estudios no pueden acceder a las nuevas tecnologías y laboratorios didácticos bien equipados. Esto frena su desarrollo académico como estudiante, dificulta el acceso al conocimiento de los profesores y por ende impacta negativamente en la calidad de la enseñanza.
Yo pienso que por ser un pueblo de patria y de humanidad, es que el gobierno de EEUU, intenta recrudecer este bloqueo. Un ejemplo lo podemos ver ahora con el Coronavirus. Un gobierno que impidió que un avión con donaciones, médicas y sanitarias, para enfrenar esta pandemia, no pudiera aterrizar en nuestro país para entregar de manera solidaria al pueblo cubano los recursos médicos necesarios para palear esta pandemia.
Un país que, en medio de la pandemia, ha enviado a más de quince países brigadas de personal médico y paramédicos.
Un país que en medio de la pandemia ha colaborado con medicamentos de última generación como el Interferón Alpha 2b, que produce nuestro país para combatir el efecto de la pandemia.
Un país que en más de treinta y nueve países del mundo hay médicos cubanos, que de forma directa o indirecta están combatiendo la pandemia, en muchos de esos países y de manera solidaria, y como una colaboración, y en otros países de manera gratuita nuestros médicos están ahí.
Sin embargo, el gobierno de EEUU aprovecha este momento para cada día darle una vuelta más al tornillo que aprieta el bloqueo y que recrudece el bloqueo contra nuestro país. Condenamos ante el mundo esa política.
Pero vamos a resistir aprendiendo de las situaciones difíciles, buscando alternativas y soluciones, aprovechando el saber de todos y siendo solidarios.